En el centro de una naturaleza salvaje... un pequeño tren de madera serpentea a lo largo de la montaña, donde la naturaleza ha desplegado toda su magia para encantarte. Se cruzará con pottoks de largas crines, ovejas Manech, vacas Betizu pastando en libertad y el incesante ballet de los buitres leonados.
En tren o a pie, paisajes impresionantes y un soplo de aire fresco: eso es lo que le depara este paseo.
Una merienda campestre en un caserío ancestral, una joya que no deja indiferente a nadie. Una casa que es como retroceder en el tiempo: una magnífica estructura de roble y gruesos muros de piedra labrada, una fachada de entramado de madera y ménsulas que se abre ampliamente a un maizal tradicional y a hileras de viñas bordeadas por jóvenes árboles frutales. Al atravesar el lorio (vestíbulo bajo el porche), se hace una pausa para dejar fuera la vida cotidiana y después se entra en el pasado. Cada habitación cuenta la historia de los usos y costumbres de antaño; ésta es la etxe donde late el corazón de los hombres y se desenreda paso a paso la madeja de la historia.
Es en este lugar mágico donde disfrutará de actividades vinculadas a nuestras tradiciones.