En la bahía de San Juan de Luz: es el último paseo del día al atardecer. Los chipirones tiran el ancla, los bañistas han abandonado la playa, y es entonces cuando Éric le lleva en las piraguas hawaianas con balancín.
Por fin solos en el agua, el placer de remar sobre un mar de aceite y el espectáculo de la costa iluminada por mil luces es algo encantador: las condiciones son ideales para una pesca típica y divertida. Tras una pausa para tomar un cóctel en la piragua, casi es hora de volver a casa. Nos esperan en el mercado de San Juan de Luz para asar nuestras capturas y compartirlas con los amigos.