La más secreta, pero también la más salvaje y bella...
Al anochecer, cuando la arena aún está caliente y los últimos rayos de sol tiñen de mil colores el horizonte. El escenario está preparado y, ante sus ojos, la única consigna es dejarse llevar: relajarse, olvidarse de todo... ¡qué privilegio es este rincón privatizado del paraíso!
Confidencias susurradas o conversaciones animadas, estallidos de risas, aquí uno se siente realmente de vacaciones... y una bonita tienda bereber bajo las estrellas añade un toque de exotismo a este entorno de ensueño ¿Qué le parece?
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